Estoy cansado de que la mayoría de nuestras autoridades crean que rendir cuentas sobre su gestión es una prerrogativa que, en última instancia, depende de su libre albedrío. Las expresiones vertidas hace unos días por nuestro actual burgomaestre son una clara muestra de ello. Para serles sincero, la expresión “Pobres Diablos” no hace nada mas que confirmar que, en realidad, “no tenemos un alcalde”, simplemente tenemos a un individuo, que asume que por ser inquilino de nuestro Palacio Municipal, nuestra ciudad es su “feudo”.
Y es que en el fondo debemos agradecer que ese individuo no haya llegado al sillón presidencial pues aunque lo niegue, es un déspota que no entiende que maneja fondos públicos, o sea, de todos. Nadie niega que con su dinero, pueda hacer lo que quiera, como por ejemplo, cambiar el piso de su sala (las veces que lo desee), comprar una pileta en su jardín para que se bañe su doberman, todas las camisas amarillas que desee, o lo que fuere. Sin embargo, cuando hablamos de fondos públicos, esto es, de todos los que directa o indirectamente lo financiamos es necesario que su destino se condiga con las necesidades de la ciudad. Por tal razón, es un derecho, no solo de los que escribimos en este blog, sino de la comunidad en su conjunto, cuestionar la manera en que los mismos vienen siendo utilizados, pues aunque le disguste al Sr. Castañeda, es nuestro dinero.
En mi primer post, recogí el clamor popular que exige al Sr. Castañeda que responda por su desastrosa gestión edil toda vez que si algo la ha caracterizado es su falta de comunicación con el pueblo que, en su momento, le encomendó la alcaldía de nuestra ciudad.
Como resulta obvio, los apodos con el que es conocido “el mudo” y/o “el muerto”, no son gratuitos.
Sin embargo y contra todo pronóstico, un día habló, y se fue de boca. No me queda duda que la falta de costumbre de ser interpelado por la prensa le jugó una mala pasada. Con razón nunca declara a los medios y siempre manda a su fiel escudero, Marco Parra, o a cualquier funcionario de rango medio a ser fusilado por su pésima gestión.
En el fondo, no es un tipo cínico, es un cero a la izquierda, es un tipo que llegó a la política como jugando, apelando al populismo y basándose una de las campañas mas sucias que en mi vida he visto, aunque en modo alguno comparable a la orquestada por el Dictador Fujimori.
Cuando hace unos días, el Parlamento le inquirió la falta de transparencia en las contrataciones de las obras públicas que vienen ejecutándose, se defendió como una fiera, aunque esta vez sin un lenguaje soez, pues claro, ahora estaba en el banquillo de los acusados. Si bien espetó un par enunciados incoherentes, no justificó en lo absoluto los cuestionamientos que a su gestión la ciudadanía le formula, es más, ni siquiera tuvo la hombría de entregar la documentación que en ese momento aseguraba tener en su poder, o es que en realidad no tenía nada, bueno eso solo lo sabe él, y capaz sus allegados.
Por tal motivo, creo que es necesario que el Sr. Castañeda se vaya a su casa y responda ante las autoridades pertinentes, de ser el caso, los eventuales ilícitos cometidos. Y bueno, si el nos dice: “Pobres Diablos”, nosotros le decimos la verdad: “Inepto!”.
Gonzalo
Y es que en el fondo debemos agradecer que ese individuo no haya llegado al sillón presidencial pues aunque lo niegue, es un déspota que no entiende que maneja fondos públicos, o sea, de todos. Nadie niega que con su dinero, pueda hacer lo que quiera, como por ejemplo, cambiar el piso de su sala (las veces que lo desee), comprar una pileta en su jardín para que se bañe su doberman, todas las camisas amarillas que desee, o lo que fuere. Sin embargo, cuando hablamos de fondos públicos, esto es, de todos los que directa o indirectamente lo financiamos es necesario que su destino se condiga con las necesidades de la ciudad. Por tal razón, es un derecho, no solo de los que escribimos en este blog, sino de la comunidad en su conjunto, cuestionar la manera en que los mismos vienen siendo utilizados, pues aunque le disguste al Sr. Castañeda, es nuestro dinero.
En mi primer post, recogí el clamor popular que exige al Sr. Castañeda que responda por su desastrosa gestión edil toda vez que si algo la ha caracterizado es su falta de comunicación con el pueblo que, en su momento, le encomendó la alcaldía de nuestra ciudad.
Como resulta obvio, los apodos con el que es conocido “el mudo” y/o “el muerto”, no son gratuitos.
Sin embargo y contra todo pronóstico, un día habló, y se fue de boca. No me queda duda que la falta de costumbre de ser interpelado por la prensa le jugó una mala pasada. Con razón nunca declara a los medios y siempre manda a su fiel escudero, Marco Parra, o a cualquier funcionario de rango medio a ser fusilado por su pésima gestión.
En el fondo, no es un tipo cínico, es un cero a la izquierda, es un tipo que llegó a la política como jugando, apelando al populismo y basándose una de las campañas mas sucias que en mi vida he visto, aunque en modo alguno comparable a la orquestada por el Dictador Fujimori.
Cuando hace unos días, el Parlamento le inquirió la falta de transparencia en las contrataciones de las obras públicas que vienen ejecutándose, se defendió como una fiera, aunque esta vez sin un lenguaje soez, pues claro, ahora estaba en el banquillo de los acusados. Si bien espetó un par enunciados incoherentes, no justificó en lo absoluto los cuestionamientos que a su gestión la ciudadanía le formula, es más, ni siquiera tuvo la hombría de entregar la documentación que en ese momento aseguraba tener en su poder, o es que en realidad no tenía nada, bueno eso solo lo sabe él, y capaz sus allegados.
Por tal motivo, creo que es necesario que el Sr. Castañeda se vaya a su casa y responda ante las autoridades pertinentes, de ser el caso, los eventuales ilícitos cometidos. Y bueno, si el nos dice: “Pobres Diablos”, nosotros le decimos la verdad: “Inepto!”.
Gonzalo
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